Práctica 2. Autobiografía lectora y audiovisual de un estudiante de secundaria.
Echo la vista atrás intentando recordar mis inicios como lector y la primera imagen que me viene a la cabeza es mi madre leyéndome algunas noches un viejo libro que teníamos por casa. No era una novela ni un cuento infantil. Tampoco tenía imágenes. Y ni siquiera entendía muy bien el contenido. Pero la verdad es que era un momento que siempre esperaba con ganas y me hacía disfrutar. Al igual que las series y películas infantiles que siempre veía en la televisión. Sin embargo, no fue hasta que llegué al colegio y aprendí a leer que me interesé por la literatura y la cultura cinematográfica de manera consiciente. Por ese entonces teníamos bastantes libros en casa - a mi padre le gustaba leer bastante - así que simplemente le pedí que me hiciera alguna recomendación. Así fue como conocí a Mortadelo y Filemón. Me gustaron tanto estos cómicos personajes y me reía tanto con ellos que se convirtieron en una constante de mi conversación diaria. De hecho, todavía me acuerdo cómo todos los días