Práctica 2 (optativa): Autobiografía Lectora y audiovisual del alumnado de la ESO
Autobiografía de un estudiante de 2º ESO (14 años)
Mi
mundo no es el de los libros. Desde niño, nunca me ha gustado leer, quizá
porque siempre me ha costado. Hasta hace dos o tres años, leía lento y, a
veces, tenía que pararme más de 30 segundos a descifrar la pronunciación de las
sílabas trabadas, ¡imposibles!
La
primera vez que leí fueron los cuentos tradicionales, mi hermana siempre antes
de convertirse en la Bella Durmiente, leía conmigo. Recuerdo que yo leía un
párrafo y ella el siguiente, a mí me gustaba fijarme más en las imágenes. Yo
siempre prefería la peli. Mi padre, que es un amante del cine, me sacaba todos
los días de la biblioteca películas, todavía lo hace. Así, me monté en el halcón
milenario, vi todas las pelis de Disney, me puse la capa de Superman e hice
magia con Harry Potter. En la tele, me tragaba todo lo que hacían en Disney
Channel y Clan TV, empecé con Pocoyó, seguí con Phineas y Ferb… Y ya, me enganché a Hora de aventuras y a Dragon Ball.
Un
poco más mayor, en mis últimos años de Primaria, empecé a jugar a la PSP,
jugaba a Star Wars. También me gustaban mucho las películas de El Señor de los
Anillos y me leí Harry Potter y la piedra filosofal. De libros obligados, recuerdo que leí muchos: Platero y yo, Romeo y Julieta, Cien mil leguas de viaje submarino... Pero leer seguía sin ser
lo mío. Sufrí la fiebre youtuber, aunque ya ha pasado de moda y ahora prefiero
ser un gamer. Mi juego favorito es el Fournite. Mi madre, preocupada por mi poco
amor a la lectura, me compró mil libros hasta que decidió probar otra estrategia…
Me compro cómics de Star Wars para que leyera. Desde entonces, leo cómics de superhéroes y ¡me encanta!
Ahora
vivo en el mundo del revés, veo los Simpsons para comer y me asusto de los
zombies, bueno, no, porque ya soy mayor y no tengo miedo. Sueño con ser tan rápido
como Flash y sé que no hay que meterse con los Vikingos. Odio la Física, pero
sé lo que es el Big Bang. Sigo leyendo libros en la escuela: Los Tres
Mosqueteros, Romeo sin Julieta, El crimen de la habitación
cerrada… No me disgustan, pero no me apasionan. Prefiero desempolvar la
biblioteca de mi padre y leer sus cómics. Así, bebo pócimas mágicas que dan superpoderes,
viajo con el capitán Trueno y me convierto en agente de la CNI.
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